Cartas a la dama negra:

Escritos sin sentido de un alma vagante sin más deseo que el de hallar la verdad de su propio mundo.
No te quedes aquí. Esto no es para ti.
Los entes sin sentido son los únicos capaces de amar y sufrir lo que es el auténtico amor: amor por otra persona, amor por la muerte, amor por la felicidad... o amor por el dolor.

domingo, junio 8

Humana.

Hola, dama negra.

- Jejejeje. Has tardado mucho en venir. Pensaba que ya habías huído con el rabo entre las patas.


No, dama, no.


-¿Y qué se le presenta a la mísera humana? ¿Has venido a rendirte ante mí, a felicitarme por mi maravillosa labor al tarerte de vuelta a mis brazos o a pedirme perdón?


A ninguna de las tres cosas... pero supongo que podría añadir la segunda.

Lo estás haciendo realmente bien.


-Jajajaja. Lo sé, te dije que volverías a ser mía. Los he poseído a todos: he poseído a tus padres, te he poseído a TI, te he visto llorando tanto estos días como no lo hacías desde que querías morirte. ¿Lo recuerdas, cariño, cuando querías morirte?


... Sí.

Los has poseído a todos. Incluso él está tan mal de la situación que me estás provocando que ya no disfruta cuando está conmigo.


-Ahora sólo te quedo yo. Sabías que él no lo aguantaría. Te lo dije, humana. Tú no vales para ser feliz. Eres un alma vagante.


Cállate.



-¿¡Qué!?



Que te calles.



-Insolente, ¿cómo te atreves?


¿No quieres saber a lo que he venido aquí?

Pues he venido a decirte algo.


-Estúpida, puedes decirme lo que quieras, yo siempre te superaré.




Te dejo.




Te dejo, y no volveré más.


Me has hecho daño, dama negra. Mucho daño.

Yo siempre te he querido. Te he respetado y te he escrito. Desde que tengo memoria estás en mí, te veo algunas noches junto a mi cama y siempre has estado a mi lado.

Pero cuando te he pedido ayuda, nunca me la has dado.

Cuando te he necesitado, no tenía más cercanía contigo que la de mis cartas.

Y cuando te he llamado, te has dedicado a quedarte ahí, inmóvil, oscura, como una sombra.

He tenido que buscar el sentido de mi vida sin ti, porque siempre me has hecho creer que estabas conmigo, pero sólo me mirabas. Y ¿sabes qué, dama negra? Lo he encontrado.


He decidido que no te quiero ver más.

Ni escribir.

Ni recordar.

No quiero que vuelvas a aparecer, porque te destierro.


-¡Maldita loca! ¿Cómo te atr...?


NO ERES MÁS QUE LA EXPRESIÓN DE MI DOLOR. NO ERES MÁS QUE UN ENTE ABSTRACTO CREADO A PARTIR DE MI MENTE Y QUE HA PRETENDIDO SIEMPRE POSEERME. NO ERES MÁS QUE LA PARTE MÁS OSCURA DE MÍ, A LA QUE LE HE PUESTO NOMBRE Y QUE UTILIZO PARA DESAHOGARME. NO ERES MÁS QUE YO.


-Estúpida basura, tú y yo somos un mismo ser. No puedes dejarme porque no sabes vivir sin mí. El dolor eres tú, yo soy tu dolor porque es ahí cuando me escribes. Ese estúpido te ha llenado la cabeza con sandeces de historias fantasiosas y te ha convertido en una mísera humana. Tú no eres eso, eres mi aprendiz, y tienes que venir conmigo.


No, dama. No me ha llenado con nada. Me ha demostrado que se me puede querer tal y como soy, y que tengo una gran belleza en mi interior. Ahora tengo luz, y no necesito tu mundo oscuro ni tus Bosques de la Nada para salir adelante. Le tengo a él y tengo su apoyo. Tengo una nueva mente y se me abre una nueva vida por delante. No volveré a sufrir ni a llamarte, porque no te necesito ni te volveré a necesitar nunca.




...




Tengo su amor.



-Amor. ¡Bah! Menuda estupidez. Se te acabará en cualquier momento. Estás muerta, ya te lo dije.


Jajaja. Tal vez, dama negra, me muera. Pero no tendrá importancia. Aún así él me ama. Y con esa fuerza, la más fuerte de todas, te venzo, y te alejo de mí para siempre.


Este es la última entrada que publico en este blog.

Ahora tengo uno mucho mejor:





Si me quisieras, como dices, no me tratarías así.

¿Te das cuenta, dama negra? Tú no puedes con nosotros.


No has podido nunca.


Y nunca podrás.






Espero olvidarte para siempre.





¿Viste lo que te dijo? Que tengo la libertad de ELEGIR.

Y, ¿sabes qué? Tenía toda la razón. Y ya he elegido.


Le elijo a él.

Elijo a javi_cloud.

Elijo a Light-kun.


ELIJO A JAVIER.




lunes, junio 2

¿Humana o alma vagante?

Algo no va bien.

Dama negra, yo no sé lo que es, pero hay algo que no va bien.

-¿Que no lo sabes?
¿Todavía no te has dado cuenta?

Bueno, sí que lo sé... pero no lo entiendo del todo. Creo que tal vez estoy equivocada, que las cosas no son así.

-Ajá. ¿Y cómo son, entonces?

Tal vez yo las estoy desfigurando, tal vez todo está mejor de lo que creo, y este malestar que tengo no es nada más que paranoia.

-¿Te parece paranoia, de verdad?
...Estás dejando mucho que desear, niña.

No te entiendo, dama...

-Ni siquiera lo entiendes. Ya veo en lo que te has convertido.

Dama...

-Has regalado tu alma. Te has hechado a perder.

¿Qué?

-Ahora no eres más que una estúpida niña enamorada que busca la aprobación de un hombre. Has perdido tu personalidad, has perdido tu mente, tu alma, ya no eres quien eras.

Dama negra, ¡eso no es cierto!

-Ah, no? Dime, princesa, dónde está tu pendiente de Alchemy Gothic, ese que pasaste años buscando.

Se me ha roto, por eso no lo llevo.

-¿Se te ha roto? ¿Y por qué no haces por arreglarlo, como te lo arregló papá la última vez? Se te están cerrando los agujeros, cosa que siempre has temido.

Bueno, todavía no lo he pensado. No sé, se me ha pasado.

-Mentirosa.

No! Yo no soy mentirosa.

-Mentirosa. Pones excusas, pero no piensas volver a ponértelo. ¿Por qué? Porque a él no le gustaba.

Eso no es verdad. A él no le importa lo que yo lleve puesto. Le gusto como soy, me lo ha dicho.

-¡JA! No me hagas reír, niña. Acepta tus pulseras y te ha dicho que eres guapa, de casualidad, en un día en que llevabas los pantalones anchos. Por eso no has dejado de ponértelos, si no...

Eso no es verdad. Él tiene que aceptarme como soy, y lo hace.

-Ah, sí? Y ¿por qué no te pones tus medias rotas? ¿Por qué ya no ves películas de terror? ¿Por qué ya no buscas información de esas investigaciones charras de aficionada que hacías, que no valían para nada?

Dama negra... no puedo ponerme las medias rotas en el pueblo, ya no hay películas de terror que me impresionen, y no tengo tiempo para buscar inf...

-¡Mentira! Mentirosa, de nuevo. Antes te ponías las medias rotas, te ponías tu falda larga, ibas gótica, disfrutabas con tu aspecto dark, te encantaba y te sentías guapa cuando te mirabas. Has dejado las putas películas, que ni siquiera las ves con tu padre, y no buscas cosas porque sabes que a nadie le interesan.

Pero dama...

-¿Qué pasa, te duele cuando te dicen las cosas?
Eras feliz siendo como eras. ¿Y qué me dices de tu aspecto? Disfrutabas. Te morías por ver páginas de ropa oscura y combinártela. Soñabas con encontrar esas tiendas y tener un monedero sin fondo para poder vestir como quisieras, en un lugar donde nadie te juzgara, ser tú misma.
Mírate ahora: te da miedo que te rechace por tu aspecto. Cada vez te pones más colores, aunque no disfrutas con ello. A veces sí, pero a mí no me engañas. Te echas de menos. Extrañas tu silencio cuando te rodeas de gente y a veces sientes que si no te aíslas vas a reventar. Tú no eres así, no vales para ser sociable, no vales para vestir colorines, no vales para mostrar alegría. Tú no eres un ser feliz, nunca lo has sido y nunca lo serás.

Dama, ¡basta ya!

-¿Por qué? ¿Te estás poniendo triste? Pobre niña triste, que se muere de pena. ¿Sabes, princesa, que te estás perdiendo? ¿Sabes que cada vez te alejas más de mí, que te estás volviendo un ser patético, sentimental, romanticón y que cada vez te estás alejando de mí? Querías ser como yo, aspirabas al conocimiento verdadero, a mi sabiduría, y si para ello tenías que sufrir por toda la humanidad y vagar por el mundo eternamente hago yo, estabas dispuesta a hacerlo. Pero mírate: ahora eres un ser débil. No eres más que un humano más. Tan simple. Tan pobre. Con aspiraciones tan patéticas... me das asco.

Dama... me hablas mal, yo siempre te he querido.

-¿Cómo me quieres, cariño? ¿Olvidándome? ¿Rogando por mí y luego yéndote a hacer lo que haces? Escucha tu música: has dejado de lado tanto de lo que escuchabas antes, y lo poco que te queda lo estás hechando de lado. ¿Qué mierda de sonidos tienes ahora en tu cabeza? Y ya no hablemos de esa estupidez del baile, y tus canciones... ¡JA! Si no sabes hacer nada bien, porque no lo has hecho nunca, porque no tienes facilidad para nada, y lo sabes perfectamente porque ves como te hablan con pena, cómo no saben qué decirte y se van callados o te dicen lo justo para que te quedes tranquila. Eres penosa.

Eso no es cierto. Yo sé hacer cosas.

-Tu aspecto ha sido siempre lo único que has tenido para tratar de expresarle al mundo lo que eres. ¿Te has mirado en un espejo? ¡Ahora das vergüenza! Lo has descuidado completamente: por su culpa, o por culpa de tu debilidad, te has quitado el pendiente que tanto te importaba, eres capaz de salir a la calle sin tus pulseras y no te maquillas. Tienes tus dedos vacíos de anillos, ¡has tirado el de hilo!, y no te he visto volver a pintarte las uñas. ¿Por qué? Yo te diré por qué: porque es demasiado "raro" llevar todas esas cosas: las uñas de varios colores, las medias de rayas o con esas puntillas que tienes tú, los pantalones sin cadenas, para que no den el cante... qué ridícula. Estúpida imbécil. ¡Eres ridícula! Esa patética humana no eres tú. ¿Cuándo coño piensas reaccionar?

Dama negra... no es como tú crees...

-Pues dime entonces, niña, por qué ya no me escribes. Dime por qué no haces comentarios o los dejas a medias cuando le tienes delante. Dime por qué sonríes tanto y das saltitos como una estúpida mengaja de cuatro años a la que le han comprado un juguete.

Dama... si es que quiero ser feliz...

-¿Feliz? La felicidad no es para ti. Has perdido tus ideales. Ahora buscas su orgullo, su aprobación, cada vez tienes menos miedo de llorar, y te has vuelto popular. Ahora no tienes más que puntos débiles. Se te podría atacar por cualquier lado, y tú caerías como un chorro de sangre que sale de tus ojos.

Callate. Eso no es verdad... ahora tengo fuerzas para salir adelante.

-¡Y una mierda! Mirate. Estas escribiendo esto, y tienes los malditos ojos llenos de agua. Sólo buscas la aprobación, no eres nada. Ser tú no es ser nada y tienes terror a encontrarte sola. Yo no te voy a dejar que te conviertas esa basura que pretendes hacer de ti. Vas a seguir torturada, no te voy a dejar jamás y seguirás viendo todas esas visiones que ves. Vas a seguir escuchando lo extraño cuando entres a lugares con sufrimiento, seguirás teniendo pesadillas, y viéndote cuando menos lo esperes en la colina, con todos esos muertos. ¡Y todos tus estúpidos "seres queridos" estarán mirándote! Mira tu sangre correr, mírate morir. El niño no te va a dejar. Todas las noches, cuando te acuestes, por mucho que pienses en ese imbécil por el que suspiras, el niño seguirá gritando el momento de su muerte para que tú puedas oírlo. Y yo te seguiré preguntando "¿en quién pensabas antes de morir?" como he hecho siempre. ¿A que ahora ya sí sabrás contestarme? Patética, patética, patética.

Vas a morir, ¿me oyes? Vas a morir en la miseria, viendo cómo lloran, cómo sufren esos seres sin sentido a los que quieres tanto, y te darás cuando mueras del error que has cometido al abandonarme. Después de haber estado a tu lado desde que naciste, de todo lo que has pasado a mi lado y de todo lo que yo te he enseñado, maldita embustera. Pagarás con creces lo que me estás haciendo. Seguiré envenenando las mentes de los que tienen poder sobre ti para que amarguen tu existencia. Los que viven contigo, los que respetas por encima de todo.

Y no aguantarás, maldita estúpida.

Y él no podrá rescatarte, por muchos estúpidos colores que te meta, por mucho que haga que te quites lo que siempre te ha caracterizado y por mucho que permanezca a tu lado. No es más que un estúpido humano, y los humanos siempre se cansan en el intento, o mueren por no saber parar a tiempo.

Lo has condenado, Davinia.
Nadie puede soportarte.

Por eso todo el mundo te deja.

Por eso siempre supiste que tu destino es estar sola. Aunque ahora lo hayas olvidado.


Aprovecha esa estúpida y ficticia felicidad que crees tener...
porque yo volveré a quitártela, y volverás a caer en mis brazos.


Recuerda que eres un ente sin sentido.

Recuerda que eres MÍA.

jueves, mayo 1

Quiero ser una princesa.

Dama negra:

Quiero ser una princesa
y llevar un vestido muy largo
y tener una corona sobre mi cabeza
y en el pelo un adorno muy cuidado.

Quiero ser una princesa
para despertar por la mañana
mirar hacia fuera y ver valles, bosques y montañas
y un sol al fondo que me de los buenos días
como si amaneciera conmigo
como si ambos empezásemos cada nuevo día a vivir.

Quiero ser una princesa
y bajar por las escaleras, recorrer amplias estancias
vivir en un castillo
y salir a los jardines
y recorrer los jardines
y refugiarme en su verde, en la sombra de sus árboles, en el color de sus flores.


Dama negra:

Quiero ser una princesa
mirarme al espejo y decir "puedo hacer cosas maravillosas"
quiero montar en mi caballo, con crines muy largas
y vivir, recorrer el mundo
quiero ser una princesa aventurera.

Quiero ser una princesa
que pueda con todo.
Quiero que, llevando mi vestido
pueda luchar
pueda desear
pueda no rendirme nunca
...pueda amar.

Quiero ser una princesa, dama negra
Una princesa.
Como las de los cuentos, a las que alguien ama
No tiene que ser un apuesto príncipe.
No tiene que ser un aldeano.
No tiene que ser nadie de posición ni de imagen determinada.
Solo tiene que ser bueno
Tiene que amarme sinceramente
tiene que ser feliz a mi lado
y no cansarse nunca de mi.

Mi príncipe no tiene que ser alguien fantástico.
Tiene que ser único.
Tiene que tener los sentimientos puros y hermosos que ya nadie tiene
tiene que ser..... indescriptible.


Dama negra:

Quiero ser una princesa
y viajar juntos en un corcel
mirar el cielo azul sobre nosotros
los caminos que no sabemos a dónde nos llevan
el mundo a nuestro alrededor
todo para nosotros.
Para el príncipe y la princesa.
Por que él, aunque no sea un príncipe
se convertirá en mi príncipe.

Y juntos seremos felices
y juntos nos amaremos y amaremos al resto del mundo.



Dama negra...

Mi príncipe ha de saber encontrar lo que está oculto en mí.
¡Qué difícil es eso, dama negra!
Aquello que llevo enterrado desde hace mucho tiempo.
Aquello que yo ya había olvidado.
Todo lo que me he negado a ser por sentirme infantil, tonta y débil si lo era.
Alguien que me haga sentirme orgullosa de ser como soy por dentro
que me haga sonreír al recordar mis ilusiones
alguien que me haga de verdad volver a ilusionarme
...... y sin pedirme nada a cambio, por supuesto.


...


¿Te puedes creer, dama negra, que lo he encontrado?
¿Te puedes creer que ahora sé que soy una princesa, como siempre soñé y luego olvidé y no lo quise volver a reconocer?
¿Te puedes creer, dama negra, que en medio de mi oscuridad y mi pena de alma vagante
ha sabido encontrar toda la luz que hay en mí?
¿Te puedes creer que hasta me ha hecho encontrar cosas que tenía tan enterradas que ni imaginaba que pudiesen estar dentro de mí?

¡Y sin embargo, estaban!
Y yo nunca las quise sacar.

Dama negra, abro los ojos y veo que no es un simple sueño.

Algún día tendremos un castillo, y yo llevaré un vestido largo, como una princesa.

Dama negra, soy la persona más afortunada del mundo:
es como si mis sueños de repente se hubieran hecho realidad.
Pero no son sueños normales, no.
Son los sueños más imposibles, que ya no son meras fantasías.
Dama negra... es como si fuera una princesa: tengo todo lo que podría desear
y lo tengo a mi lado
sólo tengo que coger su mano
sólo tengo que sentir su piel
y siento como todo lo malo desaparece
y siento como todo puede salir bien
a veces lo siento tanto, que me asusto de tal impresión y siento que quiero llorar.
Pero es emoción, dama negra.

Pura emoción de haber encontrado lo más imposible de encontrar en la vida:
felicidad plena.



Y mi príncipe y yo llevamos muchas luchas
llevamos muchos problemas y enfrentamientos adelante
tantos, que hasta se podría escribir una historia con nosotros
un cuento de princesas y príncipes, que luchan por estar juntos.
Y esto es tan real, que está sucediendo.
Nuestra historia se está escribiendo.
Y será para niños, para que nunca pierdan la ilusión.
Dama negra, yo te la enseñaré.
Ya verás, dama negra, qué hermoso que es.

...

Y a pesar de todo lo malo que nos pasa, seguimos juntos
y seguimos adelante.
¡Ninguno de los dos nos cansamos porque sabemos que vale la pena luchar por el otro!
Dama negra, ya sólo me falta el castillo, porque tengo todo lo demás.
Y cuando le miro a él, me doy cuenta de que no lo necesito, ni al caballo, ni a los valles.
Porque todo eso junto no llega a igualar ni mínimamente lo que mi corazón siente cuando nuestras miradas se cruzan
cuando le tengo cerca de mí
cuando mis ojos se adentran en los suyos
cuando noto su piel acariciándome.

Dama negra, cuánto dolor hay que pasar por aquella persona a la que quieres.
Pero, si lo pasamos, dama negra, con todo lo que estamos pasando
eso quiere decir que nos queremos
que realmente hay amor
porque esto que nos está pasando no se hace con nadie
nadie aguanta este sufrimiento.
Sólo nosotros,
porque sabemos que luego podremos ser felices para siempre

...y comeremos perdices.




PD. .... pero tú sigues tú sigues ahí, a pesar de todo.
¡¡Si supieras cuánto te quiero!!

domingo, abril 27

Y tú ¿qué piensas, dama negra?

JAJAJAJAJAJAJAJA

malditos locos de mierda...
estamos todos muertos. MUERTOS!! ¿Te enteras?
¿Quién no se ha enterado aún?
Yo te lo diré: no se ha enterado una puta persona en todo el mundo.

Yo escupo en este mundo.

Dama negra, ójala muramos todos.

Así ya no habría más odio.

Así ya no sufriríamos más...







¿Qué pasa, soy una cobarde?
¿Y qué coño importa?
Si nada sale bien.
Dime de donde COJONES voy a sacar la puta fuerza que me hace falta.

Dejad de presionarme.
¡Deja de presionarme!
¡Todo el mundo!

¡DEJADME EN PAZ!

Por favor..... dejadme en paz.....
tranquila... y sola...

yo no quiero hacerle daño a nadie...
dejadme en paz...

No quiero seguir así.

Paso de seguir así.

Que ganas tengo de que os den por el puto culo a todos...





...






Pero no me vais a volver a hacer llorar.
Os aseguro que no.


miércoles, abril 23

La pena del alma vagante

Triste alma vagante que recorres los caminos en busca de luz.
Penoso ente desgraciado que lucha por no gritar mientras siente como muere de dolor.
Patética sobra de vida.

¿Ya te sientes feliz, despojo humano?
Dinos a todos, dama negra, en quien hemos de confiar.

¿Crees en el amor, dama negra?

¿Y en la luz?

¿Crees que existe la vida después de la muerte?

Es más, ¿crees en la vida?


No te dejes llevar, dama negra, porque descubrirás algo horrible sobre ti.
Siempre sucede igual.
Ser quienes somos no es más que ser lo que hacen de nosotros.

La luz, la oscuridad, y las tinieblas.

Las tinieblas.

Las tinieblas dan auténtico miedo.
Son el terror, el pánico de sentir y notar, impotente, cómo la luz desaparece.
Cuando está oscuro, hay paz. Es muerte, es descanso, es quietud.
Cuando hay luz, hay vida. Es actividad, deseos, ilusiones.
Pero cuando hay tinieblas, ¿qué hacer para que no se pierda la luz?

Dama negra, siento que me han matado, otra vez. Parecen suceder unas cosas, pero es falso. Parecen suceder las contrarias, y también es falso. Y si no hay un término medio, entonces ¿es que no existe la realidad? ¿Cómo distingo entre la imaginación, las pesadillas... lo que es cierto?

...


¿Quieres que te sea sincera, dama negra?

Echo de menos mi pozo. Aquel sin luz ni fondo, donde nadie podía jamás verme.

El amor me hace daño, y el rechazo también.

¿Qué hacer ahora, dama negra?




Pero yo amo a mi amor, como él me ama a mí.
Por suerte, al hablar de rechazo no me refiero a él.


Qué maravillosa imagen, ¿verdad? Van a morir juntos, besándose... son realmente felices.

miércoles, abril 2

El fin de la agonía.

...Dama negra, ya ha sucedido.

Dime, dama negra, ¿qué hacer para sentirnos mejor?
Dama negra, ¿por qué me siento yo así? ¿Son mis sentimientos los correctos, o tiene razón quien me llama "fría", "extraña", "irreconocible"?
Dama negra, estoy totalmente abstraída. Sé lo que sucede, pero nunca me había enfrentado a algo así. Y mi último recuerdo, para colmo, no ha causado más que problemas.
Dama negra, estoy triste.
Dama negra, estoy insegura.
Dama negra, ¿qué va a pasar a partir de ahora? Si supieras cuantísimas cosas van a cambiar, lo que va a variar la vida de los que me rodean y, en consecuencia, la mía también...
Dama negra, no sé como describirte lo que siento.
Dama negra, pero mis sentimientos son sinceros, ¡lo juro!
Pero, dama negra, no los manifiesto como el resto de la gente...
¿eso significa que soy mala, dama negra? ¿significa que no la quería?
Yo creo que no significa eso...... porque tengo mucho dolor en mi interior.

"No me juzguen, por favor, yo no tengo la culpa, yo no puedo hacer nada para solucionarlo, no se enfaden conmigo, por favor!!"
Pido perdón por si no he sido justa.
Pido perdón por no haber estado allí para despedirme.
Pido perdón porque la última vez que la vi, dama negra, fue el martes santo.
Pido perdón por no haber ido antes a su cama, aunque fuera a las 3 de la mañana, en una madrugada fría y oscura, en un lugar donde todo el mundo, menos su hija, aceptaban lo que iba a pasar.
Y ahora la culpa de que haya pasado así es mía, según dicen...
Yo no estuve ahí cuando ella me necesitó.
Vio a mi hermano en una foto.
Intentó hablar conmigo por teléfono, dos días antes.
Pero sabes, dama negra, yo creí que hablaba con un muerto.
Su voz daba escalofríos.
Lo primero en lo que pensé fue al escucharla, agonizando como estaba, era que no se trataba de una mísera película de terror, pensé que era exactamente igual a una psicofonía, mundo paranormal, al que estoy tan habituada. Pero era real, y eso hacía que diera miedo. Auténtico miedo.

Y ahora yo soy mala porque no estuve allí.
Y ahora, como las lágrimas no pueden deslizarse sobre mi rostro, no soy justa, no la quiero, no aprecio nada de lo que hizo por mí.

Resulta que yo quería ir a verla y despedirme, como varias veces lo había hecho ya, pero esta vez con la seguridad de que esta sería la última (aunque muchas fueron pensando lo mismo, esta vez estaba claro).
Resulta que quería darle un beso y decirle lo bien que lo había hecho, felicitarle por no rendirse de esa manera y luchar sin cansancio por respirar.

Respirar.

Inspiración:
1...

2...

3...

4...

4 segundos.
Y de nuevo:
Inspiración:
1...

2...

3...

4...

5...

6...

7...

7 segundos.
Y de nuevo, inspiración (que no expiración). En intervalos de entre 4 y 7 segundos, su cuerpo luchaba por mantener el aire dentro de él.
Pero ya no le quedaba.
Era demasiada la lucha que había llevado y estaba agotado. Increíblemente, aún así, resistió mucho más de lo que se pensaba en un principio. ¿Verdad, dama negra? Tú lo sabes, tú la viste sufrir, tú sufriste con ella...
Pero no podía coger más oxígeno.
Y sin oxígeno, no se puede aguantar.

Era cuestión de tiempo pero, según parece, sólo dos personas lo sabíamos.
A la otra persona le ha dolido porque perdió a alguien de manera muy similar.
A mí me ha dolido por ser quien era.
Pero los demás no querían aceptarlo.
Y ahora yo soy mala porque sí lo entiendo, y no manifiesto mi dolor tanto como ellos.
¿Será porque lo tengo asimilado o porque, como según dicen, yo no la quería?

Dama negra, yo sí la quería. ¡Pero es que no me creen! No duermo pensando en ella y no me separo de su cadáver.
Quería su recuerdo y cuando lo he conseguido, según parece, es una macabridad y sólo busco un morbo en él.
¿Es que no se puede hacer algo con amor?
Sólo se puede recordar a alguien hablando de él y con trozo de ropa suya?

Dama negra, si tú la viste...
viste como está ahora, también.

Fue muy tierno cuando compararon su rostro con la Dolorosa.
Fue muy tierno cuando la llamaban una y otra vez "virgen, virgencica".
Fue muy emocionante cuando sola, gritó su hija a oscuras, únicamente con su cuerpo y mi presencia como acompañantes, que por qué la había dejado.

Y todo el mundo venía a darle a su hija y a su pobre marido el pésame.
Pero a mí nadie me conocía, y era la única persona joven.
A mí nadie me dijo nada, y yo sólo me dedicaba a mirarla fijamente, tratando de capturar su imagen hasta el más mínimo detalle para quedarme con todo, y recordarla como si la siguiera viendo.
¿Sabes, dama negra, que llegué a preguntarme por qué no se movía?
Parecía dormida.
Y cuando dormimos, nuestro cuerpo, aunque sea un poquito, se mueve, se gira. Y ella solía hacer ruidos cuando dormía con su cuerpo.
Pero estaba en silencio, quieta, con la boquita entreabierta, con su mantilla, que tanta ilusión le hacía, con sus zapatillas, que tanta ilusión le hacían, con su ropita blanca, elegida por ella misma, que tanta ilusión le hacía...

Y ella siempre cogía mi mano cuando estaba viva.
Y cuando yo era niña, me gustaba venir de la escuela y darle sustos mientras me hacía un enorme plato de migas.
Dios, cómo hacía las migas.
Nadie las hacía como ella.
... y ya nunca las volveré a probar.
Y siempre me cuidaba.
Y me decía que estudiase cosas sencillitas para no complicarme la vida y ser más feliz, porque le daba mucho miedo que yo no fuera feliz.
Y quería muchísimo a algunas de las personas que me rodeaban sólo porque estaban conmigo y veía que me hacían felices.
A Light-kun, dama negra, lo quería muchísimo.
Y yo ni siquiera lo sabía.

Y tenía un miedo horrible a la muerte.
Ella no quería morir. Quería vernos crecer.
Y lloraba porque siempre fue consciente de lo que le sucedía.
Ella no podía hablar ya, no podía expresar lo que sentía, apenas si le quedaban fuerzas para mantener los párpados abiertos.
Pero seguía consciente.
Y le hablabas, y ella te entendía.
Y te movías, y te oía, y te veía, y sabía perfectamente lo que hacías.
Siempre lo supo todo.
Pero no podía hacer nada.
No podía ya mover las manos para pedirte un abrazo.
No podía llamarte si se encontraba mal.

Al final, los ojos se le pusieron en blanco mientras desayunaba.
Cuando fueron a verla, de repente y de forma inexplicable, estaba normal, como si nada hubiese pasado.
Media hora después, volvió a suceder.
Cuando volvieron a buscarla, echaron a quien estaba allí fuera de la habitación y cerraron la puerta.
Minutos después salieron, y ya había muerto.
El poco oxígeno que le quedaba en la sangre se le había agotado, y ya no llegaba a su cerebro.
Su cuerpo ahora sólo era eso, un cuerpo.

Pero si la miras ahora, su sufrimiento no se ve reflejado en su cara.
Dama negra, está preciosa.
Tiene el rostro sereno, tranquilo, ¡y soy tan feliz, de ver que ya ha dejado de sufrir!
Llevaba cuatro años agonizando, dama negra.
Pobre mujer, cuánto que ha pasado... tanto miedo, tanto terror, y tanto dolor.
Y era una mujer tan buena...

Y ahora la ves maquillada, en su caja, con su cuerpo pequeñito... y parece que duerme.
Y yo me sigo preguntando si se dará la vuelta y cambiará de postura.
Pero he pasado 21 horas junto a su cuerpo, y no se ha movido. He dormido junto a él. La única luz que había era la que le iluminaba a él. Y abría los ojos, y lo primera que veía era su estampa ahí, quieta, pacífica, tras el cristal. Sin darse cuenta del sufrimiento de los que la querían que había detrás. Sin darse cuenta de nada. Tranquila, agradable... dormida.
Qué hermoso, dama negra, que ya puede descansar...
Qué bien, dama negra, qué contenta que estoy por ella.

Aunque ya no me haga más sus migas.
Aunque ya no me hable más de sus cosas, ni me pregunte ya más por las mías.
Aunque ya no me pregunte por "ese chico que te gusta" o por "¿cómo pasa eso?" o diga "Hipólito, cállate y déjala hablar, que entiende más que tú" como decía cada vez que veíamos la tele juntos y salían documentales de bichos raros y no entendían por qué se portaban así... y yo les explicaba lo que sabía.




........




........




Ay, dama negra, ¡que ya estoy llorando!
Vaya, al final he tenido que escribirte a ti para poder dejar fluir mis emociones.
Mira que he hablado con las dos únicas personas que vinieron a verme, de forma incondicional y que estuvieron tiempo conmigo, dándome apoyo, y con ellas me emocioné muchísimo: con una, lo llevábamos viendo de hacía mucho tiempo y siempre ha estado ahí, conmigo, como mi sombra, maravillosa. Y la otra persona se quedó aunque no tenía que hacerlo y tenía mucha prisa, y estuvo conmigo escuchando todo lo que por mi mente y mis recuerdos pasaba.
Y me dieron las manos.
Y vi que de verdad se preocuparon por mí.
Y yo, dama negra, ya no me sentí sola ni desplazada entre tanta gente desconocida que no se apenaba por mí porque no sabían quien era yo.
Sí, estoy es muy egoísta... lo admito: me daba envidia que mi madre y mi abuelo recibieran tantos abrazos y besos, y yo, que estaba destrozada... a mí no me miraba nadie, más que algunas que me conocían de vista y me daban un beso a veces.

Pero, dama negra, yo sufro, dama negra. Los lagrimones me están recorriendo ahora mismo mi cara. Me duelen los ojos y la cabeza, me siento horriblemente mal, no voy a poder ir a su entierro, ¡¡maldita sea!! Y yo, dama negra... yo estoy triste, porque la he perdido... he perdido a mi abuelita, que tanto la quería, que tanto me quería, y por suerte, viendo que se iba a morir, yo le di todo mi cariño y le dejé muy claro lo que sentía por ella en este último tiempo. Pero los demás creen que no la quiero, y que no me apena su ida, porque no me han visto llorar, porque yo no hablo del tema, porque estoy siempre callada... no se dan cuenta de que el amasijo de carne en que se han convertido mis intestinos no me deja si quiera abrir la boca.
Y sin embargo, dama negra, ella sí lo sabía. Ella sí se había dado cuenta, aunque lo había dudado durante muchos años, porque yo nunca he sido una persona cariñosa con ella, ni con nadie. Porque aunque sienta mucho, yo nunca jamás manifiesto mis sentimientos. Porque es algo que está dentro de mí y pienso que es sólo mío... pero a veces me siento mal porque las personas no me comprenden a causa de eso, y piensan que mi mente es mucho más horrible, fría, calculadora y cruel de lo que lo es en realidad... y luego los miro, y veo ¡que tengo tanto amor que dar!
Dama negra, pero ella sí sabía que yo la quería, porque fui previsora, porque yo ya sabía lo que iba a pasar, porque le dejé muy claro lo que sentía por ella y porque los mejores ratos que hemos pasado juntas, los más felices, han sido los que hemos pasado últimos.
Lo último que le dije fue "volveré a verte en cuanto pueda", tras haberme quedado dos días en el hospital, con ella, durmiendo allí una noche.
Después hable con ella por teléfono, con la psicofonía, y no le dije "te quiero". Sólo le dije "adiós", porque pensaba que podría ir a verla una última vez y despedirme de ella.
Pero se suponía que esa vez iba a ser ayer por la tarde. Mi padre me iba a llevar a verla, porque ella, como sabía que yo la quería, estaba todo el día preguntando por mí, porque yo la hacía sentir bien, porque conmigo disfrutaba, de verdad, y cuando venía gente a verla se quedaba quieta, para tener fuerzas para moverse y hacerme sitio en la cama cuando llegase yo, porque ella quería que fuera yo la que se sentase en la cama a su lado y le pasara el brazo por detrás y la acariciase y no otra persona.
Pero murió por la mañana.
A las 12 del medio día del 1 de abril.
Y aquí estoy, dama negra, escribéndote a ti lo horrible de esta experiencia.
Es la primera vez que pierdo a un ser querido (por muerte, al menos).

No pude despedirme de ella.
Hubiera querido ver cómo se le cerraban los ojos.
Hubiera querido ver cómo la amortajaban y la maquillaban, cómo le cosían la boca y le ponían el pegamento, si llegaron a ponérselo.
Pero de todas formas, esas cosas no te dejan verlas.

Mi abuelita ya está muerta.
A partir de ahora van a cambiar muchas cosas.
La rutina diaria será muy distinta. Ella nos condicionaba mucho a todos, sobre todo a su hija, y a su marido.

Y no voy a poder ir a su entierro.

Por lo menos ya no sufre.
Y acabo de llorar por ella mientras te escribo, dama negra.

Por lo menos sé que sabía que la quería.

Por lo menos, eso compensa que no haya podido estar con ella en sus últimos momentos.


Eso, por lo menos.....







"Tranquila, abuelita, no te esfuerces más,
ya no necesitas respirar...

Descansa."

lunes, marzo 31

Dama negra, ya falta poco...

Dama negra, ya va a suceder.

¿Estarás conmigo cuando llegue el momento?

Por favor, dama negra, quédate conmigo.

Yo no quiero que me dejes


dama negra...

miércoles, marzo 5

Enfrentamientos, caídas, esperanzas, enfrentamientos, caídas...

Ya veo, dama negra, cómo está la situación...
Todo consiste en repetir los hechos una y otra vez.
Todo consiste en que tengas una enorme cantidad de suerte y que te toque algo medianamente bueno y que no se te vuelva en contra.
Todo consiste en que lo más normal, que es lo malo, deje de hacer mella en ti.

Dama negra, me caigo con todo el equipo.
Dama negra, todo se me viene abajo.
Las personas que me importan... me odian, o no me hablan, o se mueren, o me ignoran, o me utilizan, o se enfadan conmigo, o no soy lo que esperan de mí... y yo ya no sé qué hacer, dama negra.

Te envidio. Ah! No sabes cuánto te envidio!! Tú, con tu rostro desconocido, con tu presencia continua y desapercibida... es cierto que sufres por toda la humanidad, pero tienes el respeto de alguien que te admira y quisiera ser tú... acaso no es eso algo maravilloso que cubre todo lo demás? Que se te admire por tu alma, que se te quiera sin tener que aparentar, sin pedirte nada a cambio... wow, qué envidia me das, cómo me gustaría poder sentirme yo así. Estoy segura de que, por eso, vale la pena todo tu sufrimiento, toda tu presencia perdida en la inmensidad del mundo.

Mis sentimientos están enfrentados, y no sé si cometeré algún tipo de error. Es algo que temo tanto que me aterra y no me deja descansar: demasiadas emociones, demasiadas experiencias, en muy poco tiempo. Ni mi cuerpo ni mi mente están preparados para algo así... seguro que, si lo estuvieran, esto no me sería tan difícil.
Dama negra, necesito tomar una decisión pronto. Esta inquietud me va a matar.
Dama negra, necesito aclarar mis ideas ya.
Dama negra, tengo que saber definitivamente el tipo de sentimientos que alberga mi interior.

Dama negra, tengo que encontrarle un sentido a este dolor. Este dolor que me posee como alma en pena que eres tú, de tantas personas. Este dolor mío propio y de mis seres más amados, que se traduce en mí como un canto de sirena en la belleza más absoluta de una mujer bella.

Yo, dama negra, no te puedo decribir lo que siento. Este cúmulo de sensaciones es tan intenso en mí, que no me deja respirar. Pero me acerco un poco más a ti: siento que lo que me importa se traduce en mí... y debo de saber aprovecharlo para hacer el bien a los demás, ya que, al contrario de lo que te sucede a ti, sí saben de mi existencia. Yo puedo sufrir por el mundo, como tú, pero también puedo intentar hacer algo por mejorarlo... y por hacerme mejorar yo.

Creo que puedo ser feliz.
Realmente creo que me merezco ser feliz.
Dama negra, demasiadas luchas en muy poco tiempo son las que estoy librando contra mí misma... pero creo que son necesarias y que, ante todo, valen la pena.
Porque puedo alcanzar la felicidad plena.

Y sin embargo, dama negra, una y otra vez, todo se me viene abajo.

Pero quiero seguir adelante dama negra.

Quiero llegar hasta el final.

lunes, febrero 25

Inconsciencia humana.

Es increíble lo que puedo llegar a impresionarme con algunas personas.
¿Sabes, dama negra, lo a gusto que me quedaría algunas veces si realmente hiciera lo que me apetece? Me pregunto a quién más le pasará eso. Me pregunto a quien más le darán ganas de dar puñetazos en las narices a ciertas personas y ver como se las tapan con las manos mientras, bajo ellas, les chorrea un grosso hilo de sangre. Y, cuando por fin las apartan, JA! ya no hay nariz, sólo un amasijo de carne deforme lleno de ese líquido rojo que simboliza tanta pasión como dolor.
Sí... yo creo que es el color que rige nuestras vidas. Será por eso que lo tengo, junto al negro, como mi color favorito. Será por eso que me excita y desata mis pasiones más ocultas. Será por eso que, cuando lo veo, si me encuentro furiosa, siento deseos de producir dolor. Dolor, tanto dolor como pueda. ¡Hacerlos sufrir a todos como las sabandijas que son!
Escúhame, dama negra, lo que tengo que decirte: el mundo es un lugar horrible donde todos sus moradores van mereciéndose la muerte con más intensidad conforme avanzamos en la escala evolutiva.
Pero tú, como todo, ya lo sabes.
Tú siempre lo sabes.
...y los que se encuentran en el nivel más alto, en el fin último encontrado por la evolución y el milago de la vida (que no es ni mucho menos el real último) son los humanos.
Qué patéticos, qué poderosos, que ridículos, qué débiles...
¿Y quien se cree el humano que es? Sólo un ser con un cerebro poco más desarrollado que el de los demás seres: un cúmulo de moléculas orgánicas que se unen en una sincronización perfecta, para crear el mayor fallo y a la vez el mayor milagro que ha podido crear la naturaleza: la persona. ¿Y cómo puede, dama negra, ser algo tan hermoso como lo es nuestra vida, ser algo a la vez tan deprimente y vergonzoso?
No lo comprendo, no comprendo de dónde surge el dolor ni hacia dónde debemos llevarlo. De la misma forma que tampoco comprendo por qué lloramos mientras el resto de seres vivos se dedican a gritar y agonizar para expresar ese dolor.
Dama negra, a veces me da vergüenza mi naturaleza humana: soy fruto del egoísmo más puro y de la corrupción más intensa a la que me veo sometida desde antes de mi nacimiento, y siento que es realmente patético que tengamos que estar sometidos a esas "reglas" que nadie a impuesto pero que todos cumplimos para seguir sintiéndonos poderosos aunque, en realidad, nuestras ciudades, nuestros hábitos, nuestras aspiraciones y deseos más profundos poco tienen que ver con lo que es la vida en sí misma, con lo que es el planeta, nuestro Sistema Solar, o la mismísima Vía Láctea.
¿Por qué entonces nos creemos dueños de todo lo que nos rodea?
Me pregunto, dama negra, cuánto sabes tú de todo esto. Me pregunto cuál es tu opinión y cómo has podido responderte a ti sobre esas cuestiones aunque, conociéndote como te conozco, seguro que tú no opinas. Opinar es algo demasiado específico y, por lo tanto, demasiado cercano a lo físico. Lo tuyo es algo realmente abstracto, un pensamiento que alcanza un nivel tan alto que ni pensamiento se le puede llamar: utilizar palabras para hablar de ello es totalmente incorrecto. No se puede describir, ni se puede nombrar, sólo se puede conocer, comprender, y sentir.
Dama negra, me pregunto qué es lo que se siente al ser tú.

viernes, febrero 22

Querida dama negra:

Dama Negra, es la primera vez que te escribo a través de un ordenador.
Acostumbrada como estoy a dejarte mis cartas en mi diario, con todos mis pensamientos abstractos siempre escritos en clave ante el peligro de que alguien pudiera leerlos y, peor aún, comprenderlos, se me hace extraño expresar mi interior mediante un teclado y ver como, casi simultaneamente, mis pensamientos van apareciendo con letras manuscritas en una pantalla.
Dama negra, ¿será que pierdo la esencia de la caligrafía, de todo lo que de mi personalidad se revela a partir de mi mano y las líneas que esta dibuja? Dime, dama negra, como siempre te pido que me digas, qué es lo que hay en tu interior.

A raíz de una pérdida extrema de mi intimidad dejé de escribirte en esas hojas perfumadas de mi diario, y desde entonces siempre pienso y espero en el momento en que vuelva a poder retomar mis pensamientos por donde los dejé. Sin embargo, dama negra, muchos meses han pasado, ocho concretamente, y la ansiedad de expresarme, ya sea de forma abstracta o no, me invade y me corroe como un su enfermedad a un leproso.

Por tanto, y desesperada ante mi incomunicación contigo, he decidido crear mi "diario" en un lugar al que puedo acceder casi siempre que quiera, y donde sé que no me va a leer nadie. Es posible que me equivoque pero, ya me he encargado, mediante enlaces en lugares estratégicos, de que si alguien llega algún día aquí sea alguien que realmente ansíe mi interior, desee conocerme... me quiera.
Y la verdad, aunque tengo muchísimos pensamientos en mi mente ahora mismo y desearía más que nada recibir un abrazo y un beso de alguien, y dormirme después sobre su cuerpo, a pesar de todo eso, este momento en el que te estoy escribiendo me siento feliz.
Tú siempre has sido mi amiga, llegas junto a mí desde hace años, en mi memoria, en mis deseos, en mis miedos... te veo cuando duermo frente a mi cama velando por mí y luego me doy cuenta de que es falso, de que tú no estás ahí, pero siento tu presencia porque el hecho de saber de ti me impulsa a creer que alguien me comprende. Aunque ese alguien seas tú, alguien a quien no conozco, a quien no he visto jamás, a quien está en mi mente, mi amiga invisible, que vela por las almas de las personas en el mundo y sufre por nuestro sufrimiento tratando así de ayudarnos a superarlo.
Eres como una religión, como un dios, como alguien que te hará feliz y siempre estará ahí cuidando de ti, escuchando todo lo que tienes que decirle, dándote su apoyo... y sin embargo, no existes en este mundo.
Qué triste es pensar que, por más que te escribo una y otra vez, nunca jamás me has respondido, ni me has dado consejo. Tú sólo te mantienes ahí, en tu sitio, mirándome fijamente con esos ojos que yo desconozco, pero que sé son intensos y pueden penetrar hasta lo más profundo de mi ser, haciendo que me sea imposible tener secretos para ti.
Qué maravilloso es, al mismo tiempo, a pesar de tu quietud permanente, saber que me comprendes y que sabes todo lo que yo siento, porque tú conoces el dolor mismo.
Me pregunto si también serás capaz de sentir amor.
Me pregunto si también serás capaz de sentir felicidad, de querer a alguien, o de tener ilusiones y luchar por ellas.
Tal vez no puedas, porque te dedicas a vagar por el mundo como un alma en pena tratando de hacer que las personas vean su interior como tú lo ves, para que puedan conocerse y saber lo que tienen que hacer, pero ellas no son tan superiores como tú, que eres un ente maravilloso y por encima de todos los humanos.
Tú eres, dama negra, la gran verdad de este mundo.

Y aspiro a conocerte algún día.