Cartas a la dama negra:

Escritos sin sentido de un alma vagante sin más deseo que el de hallar la verdad de su propio mundo.
No te quedes aquí. Esto no es para ti.
Los entes sin sentido son los únicos capaces de amar y sufrir lo que es el auténtico amor: amor por otra persona, amor por la muerte, amor por la felicidad... o amor por el dolor.

lunes, febrero 25

Inconsciencia humana.

Es increíble lo que puedo llegar a impresionarme con algunas personas.
¿Sabes, dama negra, lo a gusto que me quedaría algunas veces si realmente hiciera lo que me apetece? Me pregunto a quién más le pasará eso. Me pregunto a quien más le darán ganas de dar puñetazos en las narices a ciertas personas y ver como se las tapan con las manos mientras, bajo ellas, les chorrea un grosso hilo de sangre. Y, cuando por fin las apartan, JA! ya no hay nariz, sólo un amasijo de carne deforme lleno de ese líquido rojo que simboliza tanta pasión como dolor.
Sí... yo creo que es el color que rige nuestras vidas. Será por eso que lo tengo, junto al negro, como mi color favorito. Será por eso que me excita y desata mis pasiones más ocultas. Será por eso que, cuando lo veo, si me encuentro furiosa, siento deseos de producir dolor. Dolor, tanto dolor como pueda. ¡Hacerlos sufrir a todos como las sabandijas que son!
Escúhame, dama negra, lo que tengo que decirte: el mundo es un lugar horrible donde todos sus moradores van mereciéndose la muerte con más intensidad conforme avanzamos en la escala evolutiva.
Pero tú, como todo, ya lo sabes.
Tú siempre lo sabes.
...y los que se encuentran en el nivel más alto, en el fin último encontrado por la evolución y el milago de la vida (que no es ni mucho menos el real último) son los humanos.
Qué patéticos, qué poderosos, que ridículos, qué débiles...
¿Y quien se cree el humano que es? Sólo un ser con un cerebro poco más desarrollado que el de los demás seres: un cúmulo de moléculas orgánicas que se unen en una sincronización perfecta, para crear el mayor fallo y a la vez el mayor milagro que ha podido crear la naturaleza: la persona. ¿Y cómo puede, dama negra, ser algo tan hermoso como lo es nuestra vida, ser algo a la vez tan deprimente y vergonzoso?
No lo comprendo, no comprendo de dónde surge el dolor ni hacia dónde debemos llevarlo. De la misma forma que tampoco comprendo por qué lloramos mientras el resto de seres vivos se dedican a gritar y agonizar para expresar ese dolor.
Dama negra, a veces me da vergüenza mi naturaleza humana: soy fruto del egoísmo más puro y de la corrupción más intensa a la que me veo sometida desde antes de mi nacimiento, y siento que es realmente patético que tengamos que estar sometidos a esas "reglas" que nadie a impuesto pero que todos cumplimos para seguir sintiéndonos poderosos aunque, en realidad, nuestras ciudades, nuestros hábitos, nuestras aspiraciones y deseos más profundos poco tienen que ver con lo que es la vida en sí misma, con lo que es el planeta, nuestro Sistema Solar, o la mismísima Vía Láctea.
¿Por qué entonces nos creemos dueños de todo lo que nos rodea?
Me pregunto, dama negra, cuánto sabes tú de todo esto. Me pregunto cuál es tu opinión y cómo has podido responderte a ti sobre esas cuestiones aunque, conociéndote como te conozco, seguro que tú no opinas. Opinar es algo demasiado específico y, por lo tanto, demasiado cercano a lo físico. Lo tuyo es algo realmente abstracto, un pensamiento que alcanza un nivel tan alto que ni pensamiento se le puede llamar: utilizar palabras para hablar de ello es totalmente incorrecto. No se puede describir, ni se puede nombrar, sólo se puede conocer, comprender, y sentir.
Dama negra, me pregunto qué es lo que se siente al ser tú.

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